Otra de las soft skills más demandadas es el trabajo en equipo. Personas que tengan la suficiente capacidad para sentirse parte de un equipo. Esto se consigue aceptando las jerarquías, las responsabilidades de uno mismo y prestando colaboración al resto. Todo ello creará un buen ambiente de trabajo. Además, al recibir propuestas o ideas de los demás, lo que provoca es un aumento de la creatividad personal. Aprender a escuchar y a comunicarse de manera activa, una apertura de mente hacia diferentes posibilidades, un continuo aprendizaje y empatía con los demás. Aunque ahora con la modalidad de teletrabajo implantada ya en muchas empresas, parece más complicado por aquello de no estar frente a frente. Bajo mi punto de vista, esta nueva modalidad hará que todavía debamos ser más empáticos y asertivos y tengamos más disposición a la colaboración con los demás.
Como decía Walt Disney, «los grandes logros de cualquier persona dependen de muchas manos, corazones y mentes».
Esta es una de las habilidades que más se trabaja en la escuela. Además, se va actualizando y se proporcionan roles a los alumnos. La parte que creo que falta por resolver es la supervisión de la aportación de cada alumno, pues siempre hay alguno que se queda rezagado o cede sus tareas a otro supuestamente mejor. Esto ocurre muchas veces cuando es el profesor el que crea los grupos de trabajo y no los propios alumnos. Así, es difícil saber si el alumno está preparado para formar parte de un equipo de trabajo en el futuro.
Es fundamental hacer ver a cada alumno que su aportación es igual de valiosa que la del resto de integrantes. Así como evaluar al grupo no solo de manera cuantitativa, sino también la parte cualitativa, donde restaríamos importancia al contenido para darle un poco más a los procesos de trabajo.
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